Es extraño como de un día para otro todo cambia, por que así es, todo cambia. Resulta unteresante como en un, dos por tres, todo da un giro de ciento ochenta grados, que lamentablemente no siempre es al favor del individuo en cuestión. No dar las cosas por echo es algo que eh aprendido a golpes, pero eh de confesar que como cada golpe: dolió, y eh de agregar que solo dejaron cardenales en mi, que a través del tiempo se fueron borrando, y de apoco llegaron a ser solo un recuerdo.
Como las situaciones que se viven individualmente a diario, no solo afectan tus decisiones sino que además te hacen cuestionar si lo que haces, como lo haces y por la razón que la heces esta del todo bien. Esto no solo nutre la inseguridad, sino que además te desgana, y peor aun te desvía de tus metas. Pero eso no solo lo logra la inseguridad, hay mil y un motivos que logran lo mismo (entre esos el mas recurrente en mi, tirarme en el piso, establecer periodo de latencia y pensar, pensar hasta no poder más, my way for spend time), unos con mayor incidencia que otros pero al fin y al cabo motivos que hay que desplazar y fríamente anular, por mas que salgan a colación a diario, es difícil (y lo expreso conocedora de su efecto) pero no imposible, de alguna forma se logra apartar, repito apartar, por que al fin y al cabo, todo tiene un tiempo, no solo para pensarse, idearse, soñar y sabrá Dios que más, sino que para ocuparse, esta parte resulta entretenida (sometimes). Es curioso como cada ser que habita este planeta logra ocuparse de las situaciones que le conciernen.
No sentir apoyo (sentimiento recurrente en muchos, no siempre podemos sentir el apoyo, por más que nos reiteren que ese ahí esta, los momentos de inseguridad son cosa de cada día, hasta en lo mas pequeño, eso es un echo), por mas contradictorio que suene a lo anteriormente afirmado, es un gasto de corteza cerebral y utilización del sistema límbico innecesaria. El apoyo es algo importante, eso no queda en duda, pero es mucho más importante la seguridad, la convicción y la confianza en uno mismo, sin eso, lamentablemente no hacemos mucho.
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